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Guerra, de Louis-Ferdinand Céline: SIEMPRE HACE FALTA CONOCER

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Guerra, de Louis-Ferdinand Céline: SIEMPRE HACE FALTA CONOCER

Retomo el trabajo que dejé a medias el verano pasado sobre Guerra, de Louis-Ferdinand Céline y evoco el audio que hizo Marinetti…
Retomo el trabajo que dejé a medias el verano pasado sobre Guerra, de Louis-Ferdinand Céline y evoco el audio…

Retomo el trabajo que dejé a medias el verano pasado sobre Guerra, de Louis-Ferdinand Céline y evoco el audio que hizo Marinetti sobre la guerra, audio de insondable puerilidad que manifiesta, sobre todo, desconocimiento, y que se puede categorizar en la categoría que he llamado “alucinaciones” sobre la guerra (este audio lo que dice, en español, es: pum, pam, pim, catapun chim pum, ¡olé la guerra!) . Les he dado un nombre-resumen a las seis “secuencias” (1. 23 a 38. Gran barullo en el tarro, brazo hecho trizas, camino, hospital, vagón, 2. 38 a 69. Virginal Secours (hospital), sótano en coma, etc.) y hoy sólo voy a categorizar la primera. Después miraré lo que hago con los demás. Mi objetivo es ver qué es lo que realmente ocurre, SI ES QUE SE PUEDE, pues creo que hay una estructura que se trasluce. Céline escribió el relato de un tirón, es un relato plenamente autobiográfico.

Categorías que he encontrado: guerra pura; posiciones; sucesos; delirios; inmoralidades. Les he dado nombres arbitrarios porque, en realidad, no sé a qué se refieren. Y escribo entre corchetes lo que voy pensando.

1. Empiezo con 1, pág. 23 a 38. , secuencia “camino, hospital, vagón”. 

1. 1. CAMPO DE BATALLA. Gran barullo en el tarro, brazo hecho trizas, camino

1. 1. 1. GUERRA PURA 

  • Oreja izquierda pegada al suelo con sangre
  • Boca también
  • RUIDO INMENSO ENTRE LAS DOS
  • Mueve un brazo hacia el cuerpo, el otro no puede, había volado muy alto, se arremolinaba en el espacio y luego bajaba a tirarme del hombro y arrancarme la carne. [La guerra como autolesión.]
  • Cada vez daba un grito
  • Luego consigue hacer menos ruido 
  • Barullo que le revienta la cabeza como si tuviese un tren metido dentro [Importancia del sonido. Constantemente lo nombra. Ruidos. Corrientes de aire huracanadas en la cabeza.]
  • Si hablamos de sufrimiento, también lo GOZABA (¡GOZABA!) de lleno en el hombre y en la rodilla.
  • HORROR QUE ME RODEABA
  • Ruido de tormenta que paseaba
  • Atrapé la guerra en la cabeza.
  • La tengo encerrada en la cabeza.
  • Uno de los caballos con una cosa clavada detrás, un trozo de barra
  • SE HABÍAN VISTO OBLIGADOS A PRECIPITARSE AL GALOPE ENTRE LOS ESCOMBROS. 
  • Era puro barro de obús triturado.
  • Muertos por todas partes. 
  • El tipo había reventado como una granada, en la panza tenía dos ratas bien gordas que se zampaban
  • Olía a carne podrida y a quemado
  • Había diez caballos despanzurrados unos dentro de otros. 
  • Ruido de tormenta que paseaba
  • Tampoco estaba seguro de oír los cañones a lo lejos. 
  • Todo lo que comí a puñados estaba lleno de sangre.
  • De no haber tenido la lengua pegada por la sangre, me habría hablado.
  • Me dolieron el brazo, la cabeza, la conciencia
  • Me sostenía un brazo con el otro, en el hombro una esponja hecha de tela y sangre
  • Dolor atroz.
  • [La guerra pura es el sufrimiento físico sobre todo, las heridas, las roturas. El dolor.]
  • Había tanto ruido por dentro que creía que iba a despertar la batalla. 
  • En el interior hacía más ruido que una batalla. 
  • La cara llena de sangre

1. 1. 2. POSICIONES, LUGARES, CUERPO VIVO

  • Tendido pesadamente bajo el agua.
  • Dormir en el horror
  • Me puse boca abajo. 
  • Acurrucado en el mismo lugar. 
  • No estaba en un estado como para reflexionar demasiado
  • Para ser capaz de pensar tenía que empezar una y otra vez
  • Mierda no vas a morirte ahora que has hecho lo más difícil [Dificultad]
  • Cojeaba, me subió la fiebre.

1. 1. 3. SUCESOS

  • Caminé un poco por ese cercado… No sabe dónde están los demás… Hacía un día que habían ido “a machacarlos”. [¡Lo habrán dicho mil veces! ¡Es la consigna! ¡A machacarlos! ¡A machacarlos! ¡A machacarlos! ]
  • Parecía que de aquella mierda de aventura no quedara vivo nadie más que yo. 
  • Distinguí pequeños grupos que se alejaban. Tendría que encontrar el regimiento yo solo. ¿Dónde podría estar?
  • Quedaban algunas conservas de carne. [Aquí se ve que incluí lo real, los otros y las cosas]
  • Volví a beber sangre
  • Entonces lo vomité todo [Malestar, enfermedad.]
  • Era un terreno llano  [Desorientación.]
    [Contra natura]
  • Sentía que aún quedaba vida dentro que se defendía.
  • Nunca lo hubiera creído posible si me lo hubiesen contado. 
  • El camino hacía subidas y bajadas. Campanario. 
  • Me siento. 
  • Emerge sobre los campos un campanario.
  • Me tendí, luego todo se fue calmando.

1. 1. 4. DELIRIOS

  • Pequeños montículos en la pendiente y en el huerto donde humeaban nuestros coches… en medio de todo aquello no reconocí al suboficial. 
  • Creí ver un caballo, era una vaca hinchada muerta. 
  • Las cosas ya no eran las mismas ni como antes. 
  • Puede que sea un espejismo, pero si existe mi dolor también existe. 
  • Una silueta, creo que es un cadáver que se contonea, serán alucionaciones.
  • Veo venir una docena de jinetes caqui.

1. 2. HOSPITAL

1. 2. 1. GUERRA PURA 

  • Un perro que creí que me comía el brazo [Perros comen carne.]
  • Dolor. Toda la noche como si le abrieran la barriga.
  • Ruido tan grande que no consigo acabar de describir.
  • Olores familiares, el de los muertos y el del fenol.
  1. 2. 2. POSICIONES, LUGARES, CUERPO VIVO.

  • Volví a desmayarme a causa del dolor.
  • Sensación de no ser responsable de nada. [Sensación de no ser responsable de nada, Sensación de no ser responsable de nada, Sensación de no ser responsable de nada]
  • [Libertad y responsabilidad. La pérdida de libertad. El miedo a la libertad. Responsabilidad individual como garante de la libertad.]
  1. 2. 3. SUCESOS

  • Estaba en una iglesia, sobre una cama de verdad. Me despertó el ruido de los oídos. [Ruido]
  • Una tía. Me lo noté en la picha.
  1. 2. 4. DELIRIOS

  • Pesadilla. General que le busca sobre un caballo de oro
  • Su bigote aletea.

1. 3. VAGÓN

  1. 3. 1. GUERRA PURA.

  • Gemían
  • En dos meses, me había aprendido casi todos los ruidos de la tierra y los hombres.
  • Pleno frío.
  • Chucu chucu, muuu muuu Brrrum brrrum
  • Todas las ruedas, todas las carnes, todas las ideas de la tierra estaban apretujadas en el ruido que tenía en el fondo de la cabeza.
  • Un tipo debía de estar vaciándose por la boca
  • A causa de mis ruidos, oía voces.
  • Debía de hacer mucho frío, pero yo tenía calor.
  1. 3. 2. POSICIONES, LUGARES, CUERPO VIVO.

  • Apoyé un pie en el suelo. Lo puede soportar. Me giré. Conseguí sentarme. Escruté la sombra del vagón.
  • Morirme me habría hecho bien.
    [La fragmentación como condición de posibilidad de la barbarie. Causa: estrés postraumático. ¿De verdad se supera con tanta facilidad como dicen los médicos? ¿No sería bueno que se promovieran ese tipo de drogas/farmacos que ayudan a revivir/superar? MDMA prescrito y en terapia para el TEPT] Necesidad de integrar, de integrarse, de sencillamente proponerse mezclar, mezclarlo todo, lo que sea, hoy/ayer, ropa para esto/para aquello, trabajo /familia/privado /público/aquí /allí/verbal /escrito, transgredir perfiles, batir y triturar perfiles etc. etc.] 
  1. 3. 3. SUCESOS

  • Grita: ¡So! ¡So!
  • Ese grito lo entiende todo el mundo.
  • En la locomotora. Evacuación del hospital de campaña.
  1. 3. 4. DELIRIOS

  • Vas a caminar por encima como si estuvieras en tu casa.
  • Delirio en el que se encuentra con otros, sangran, tiene que hablarles, cantan, cuenta la historia de Thibaut.
  1. 3. 5. INMORALIDADES

  • Historia de Thibaut que “mata por placer”, una injuria vengada. Pero, le contestan, nosotros no necesitamos historias como esta. [Muerte, asesinato, ambigüedad frente a la muerte, ambigüedad respecto al asesinato.]

Conclusiones del capítulo uno

– Guerra pura es, sobre todo, herir el cuerpo. El cuerpo propio, el cuerpo de los animales. Disfuncionalidad de lo orgánico. Ruptura de lo natural, lo orgánico, con dolor. DOLOR DIFICILÍSIMO DE EXPRESAR, DE PINTAR. Y también guerra pura es RUIDO que se corresponde con lo anterior porque es la pérdida de la armonía. La pérdida total e irreparable de la armonía.

– Posiciones, lugares, cuerpo y he clasificado ahí el cuerpo habitado, el cuerpo como voluntad de hacer, y lo que va ocurriendo es que va cambiando de posición y de lugar pero todo se produce con mucha dificultad, porque la armonía de fuera está rota.

Sucesos contiene, sobre todo, a las otras personas que se alían contigo y a las cosas que puedes utilizar, es la única salida del horror: la única salida es que tenga lugar un suceso, un suceso es, en otras palabras, una salida.

– Delirios son lo único que queda de la subjetividad que fuiste, de la persona que fuiste que era algo más que carne herida. Ahí hay retazos deshilachados del presente con las cualidades del pasado que se entremezclan y se relacionan, como todo delirio, con el paso entre la situación de “guerra pura” (que, en el fondo, es muerte, muerte de lo orgánico) y la situación de “cuerpo habitado” que es el apartado en el que sí que hay conciencia racional. Pero mientras el suceso es una transición real, que se produce en el plano de las cosas, el delirio es una transición irreal, que se produce sólo dentro de tu cabeza.

– Inmoralidades.  No sabía seguro si meter este apartado, pero lo meto porque he pensado que, en realidad, una “inmoralidad” es una “muerte de eso otro” que no es la carne, que no es orgánico, pero que es tan contrario a la naturaleza que se puede considerar violentamente asesino de la organicidad del espíritu. Aquí aparece el relato de un crimen arbitrario. Un crimen arbitrario como toda guerra. Y en este punto me he reconciliado con Louis-Ferdinand Céline, creo que le he comprendido porque él se ha posicionado aquí desde el minuto cero. Ha dicho: NOSOTROS NO NECESITAMOS HISTORIAS COMO ESA, y también se acusa a sí mismo porque no sabe si es necesario contar el horror… Sí: es necesario. Gracias Louis-Ferdinand Céline por compartir.

Resumen

El capítulo uno del libro de Louis-Ferdinand Céline es una descripción de la guerra sin mediaciones por parte de un soldado de carne y hueso que está en el campo de batalla con otros seres de carne y hueso. Resume la guerra en una palabra: el horror. [Horror para la infancia. Recordemos que esta misma inmediatez es la de los civiles, incluida la infancia, que el Derecho Internacional Humanitario debe proteger y no protege, de lo que se deriva la corresponsabilidad de los Estados que son testigos inoperantes en la guerra.]

Definiciones mías:
Lo orgánico. Lo que funciona felizmente.
Tipos de ruido. Hay ruidos hermosos, como el sonido de un aparato de aire acondicionado o incluso el del microondas o éste de aquí, y ruidos como el ruido de la guerra o algunas voces humanas.
Inmoral [definición provisional]. Lo que rompe la organicidad humana entendida como aquello que expande, relaja y hace crecer.
Ciudadano. Persona a la que sirve un Estado.
Mutismo ideológico: silenciamiento de aspectos importantes de algunas situaciones a las que los Estados llevan a aquellos a los que sirven con vistas a manejar mejor a sus ciudadanos y a hacer prevalecer sus propios intereses como Estados asociados a otras organizaciones frente a los de los seres humanos reales y concretos, llamados “ciudadanos” (no “compañías”) a los que sirven.

Fuente: Jou García, M. (2018): “Dialéctica de la pobreza de la experiencia”, en Revista de Filosofía 43 (1), 103-120 En este excelente artículo, se profundiza en el texto de Walter Benjamin (1933) Experiencia y pobreza, poniéndolo en relación con la continuidad de estas ideas en Adorno.

Tareas pendientes:
– Hablar de la guerra, pero recordar que no es lo mismo verla en el cine. La especificidad del teatro de la que hablaba Danto anula su eficacia, por eso Brecht introdujo el distanciamiento. Danto: el teatro es una actividad alejada de la realidad, que no proporciona la experiencia real.   ¡¡¡Hablar de la guerra!! De la experiencia de la guerra, no de las imágenes. No en el sofá, no con música sino en palabras, no como catarsis, no con personajes de ficción, no con héroes cinematográficos: en las aulas, en los foros, expresando el dolor, recorriendo la vida de después de los heridos de guerra, recreando la desorientación, conectando con las experiencias de dolor (¡si es que las hay!), de desorientación (¡si es que las hay!).
– Leer despacio a Bertolt Brecht. Todo. Bien.

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En defensa de mi PERFORMANCE DE ARTE SONORO

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En defensa de mi PERFORMANCE DE ARTE SONORO

Ta ta ta chán… El sonido puro abriéndose paso en la cultura visual, que siempre fue sonora. El sonido no manipulado, no buscado, no musicalizado por nuestra afición a las pluralidades de tonos y de timbres… Nuestro amigo de siempre, como animales con cualidades vocales, como depredadores que somos, como “seres para sí” en terminología sartriana (fundamentalmente);  el sonido se abre paso como ARTE SONORO en los mundos del arte, siempre inquietos, como un espacio que no sólo es lo…
Ta ta ta chán… El sonido puro abriéndose paso en la cultura visual, que siempre fue sonora. El sonido…

Ta ta ta chán…
El sonido puro abriéndose paso en la cultura visual, que siempre fue sonora.
El sonido no manipulado, no buscado, no musicalizado por nuestra afición a las pluralidades de tonos y de timbres… Nuestro amigo de siempre, como animales con cualidades vocales, como depredadores que somos, como “seres para sí” en terminología sartriana (fundamentalmente);  el sonido se abre paso como ARTE SONORO en los mundos del arte, siempre inquietos, como un espacio que no sólo es lo nuevo por definición: también lo prístino, la cueva donde empezó a manar la mas exquisita de las artes (la música),
Performance de arte sonoro: definición. Performance que performatiza el sonido, que lo hace aparecer girando en torno a sí mismo, cuestionándolo, preguntándose por él, descubriéndole nuevos sentidos, desvelándonoslos y desvelándolos.

Rey que, hasta hace poco, regía desde las sombras; primer amigo extraño y de lo más amigable, como voz que recorría el cuerpo cuando aún éramos ese mismo cuerpo, aunque nuestros oídos se fueran constituyendo como “otros”; sonido que, ontogenéticamente, aparece antes que la visión; rumor del agua, para ti todos los poetas han guardado sus más bellas metáforas. Habitantes de los museos de más prestigio y de los auditorios más nobles, pedantes eruditos librescos y requetetitulados: el sonido os invita a que integréis el pedo y el bostezo como parte vuestra y como merecedores del mayor de los respetos, y a que conozcáis sus mil y una variantes, a que os deleitéis con el fssssssssss de una máquina, a que compongáis paisajes sonoros que evocan emociones desenfrenadas, como han hecho muchos de esos héroes de los comienzos del cine que trabajaron en la retaguardia de las imágenes y en la primera línea de los corazones de todos… Los héroes de los “efectos” sonoros, porque “causaban” cataclismos emocionales… No sé quiénes, al final, okuparán esta área nueva que se abre en el mercado para el lucro. Yo quiero porque te quiero -aunque casi no te he estudiado de momento, lo reconozco. Te declaro mi amor, sonido.

Por otra parte, nunca antes como ahora, con la ayuda de la IA, se han podido formar “conceptos sonoros” ni se han podido manejar esos “conceptos sonoros” para llegar a ver si puede alcanzarse un sentido con ellos. Mi performance Sonido y olor del cuerpo entre sábanas se revela como nutritiva en varias áreas, IA:
– En el área de la pura conciencia. Qué hermoso momento aquel que vives cuando, entre sábanas, respiras, tragas, suspiras, te dejas llevar por la ensoñación, solucionas tus problemas, te recuperas y creas. Tú, el músico antiguo o moderno, el que toca instrumentos de la complejidad del órgano o del Theremin: también tu bostezo es único, lo oyes por dentro y por fuera, lo asocias a sensaciones propioceptivas de incomparable placer (¿Cómo describirías ese placer? Difícilmente), te viene de muy lejos filogenéticamente y lo ejecutas sin aprendizajes previos.
– En el área de la medicina. Seguro que se puede estudiar de forma más detallada la respiración y todas sus variantes (las duraciones relativas de inspiración y expiración; las frecuencias de suspiros; si hay algún tipo de contingencia que relacione el número de bostezos y el sueño, por ejemplo, u otras cosas que no sé); para esto, la IA y el autoinforme, como el que adjunto en el Anexo a mi trabajo, serían muy buenas herramientas, no sé, son puras hipótesis, un hablar por hablar…
– En el área de la psicología. He podido grabar la temática de mis ensoñaciones sin perder del todo el sueño. Esta es una gran ayuda. También, en el curso de mis reflexiones desde la semiconciencia, he comprobado que, cuando he llegado a la solución de un asunto que me tenía muy preocupada esto últimos días, he podido dormir estupendamente: asunto comprobado empíricamente.

En otras palabras: no hace falta meterse en una nave espacial para abrir la puerta a la experimentación, ni el sonido de síntesis es su único campo. Esta nueva disciplina que es el arte sonoro es una puerta abierta a la posibilidad de realizar categorizaciones (y, por tanto, de experimentar) partiendo de una nueva materia de base que antes era imposible manipular: el sonido. Éste es uno de los argumentos a su favor… Y, después, está la diversión que promueve; lo sorprendente de los trabajos; la novedad que suponen todos y cada uno de los archivos; la aventura de penetrar en ese mundo que el teatro conoció desde sus orígenes y el ser humano desde los suyos, porque el conocimiento de la inagotable gama de sonidos puros (el crujido de una rama; el soplo del viento; el aullido de una fiera o equis) es tan relevante que ha sido, hasta la sedentarización humana y la agricultura, una herramienta esencial para la propia supervivencia.

No querríamos que el crujir de una rama hiciera sombra al Gran Ludwig Van Beethoven. Pero tampoco parece deseable, en los tiempos que corren para las ramas, que Ludwig Van Beethoven le haga sombra a las ramas…

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Sonido y olor del cuerpo entre sábanas

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Sonido y olor del cuerpo entre sábanas

La obra Sonido y olor del cuerpo entre sábanas es una performance de arte sonoro que reproduce el sonido y evoca el…
La obra Sonido y olor del cuerpo entre sábanas es una performance de arte sonoro que reproduce el sonido…

La obra Sonido y olor del cuerpo entre sábanas es una performance de arte sonoro que reproduce el sonido y evoca el olor de un cuerpo que pasa de la vigilia al sueño. Se compone de once paisajes sonoros correlativos en los que ocurren situaciones muy diferentes a lo largo de una noche. Todos los que hemos estado ingresados en una unidad de urgencias de un hospital público en espacios lógicamente compartidos, sabemos lo que es el paisaje sonoro que produce, en la noche, la anciana enferma de la cama contigua: una boca abierta en escorzo;  bostezos que son como alaridos sofocados; suspiros que ocupan todo el espacio común. También los que hemos asistido a personas mayores en residencias de ancianos. Esos sonidos, que por su diversidad y por toda la información que aportan pueden ser llamados, propiamente, “paisajes sonoros”, se caracterizan porque no se analizan y se rechazan.

Por una parte, son descalificados de entrada desde el punto de vista de su significatividad, es decir, no se comprende lo que dicen ni lo que quieren decir. Por otra parte, son asociados, molarmente, a lo más sórdido de la vida, al anuncio más sombrío: el de la llegada a la antesala de la muerte, muerte que se supone por esa realidad tan predictiva que es la enfermedad de una persona mayor.

La singularidad de esta performance de arte sonoro a la que llamo “El cuerpo entre sábanas”, es que recojo, sistematizo como puedo y publico los sonidos de mi cuerpo en el proceso de irse quedando dormido; un cuerpo que está en, digamos, recesión; un cuerpo que se encuentra en eso que la ciencia médica llama “atrofia” y yo como sujeto llamo “retirada”.

Como cuerpo, estoy en retirada; como sujeto de ese cuerpo, sigo queriendo participar en el festín de la vida, sigo teniendo cosas que aportar, y aporto al arte de la acción (no de la representación), de la acción real (no simulada), de la acción performativa (según la magnífica apropiación que hemos hecho los latinos de esta palabra robada al mundo anglosajón, acción intensificada) mi propio élan vital, mi aliento, el aire que me da la vida y los otros sonidos del cuerpo que sostienen su ritmo: el bostezo, el suspiro…

Como objeto sonoro,  podría decirse que las sábanas y mi cuerpo formamos un objeto sonoro. Lo siento, pero me río desdeñosamente de los que se burlan del arte sonoro desde las alturas prístinas del “arte nusical”: el arte sonoro es arte por excelencia, fuente de la música y naturaleza, y el sonido nuestra forma de ser más inmediata: precisamente por su inmediatez permanece invisible, como casi todo lo esencial. Este objeto sonoro que los humanos somos cada noche está formado por:

– Las sábanas, en este caso el saco que uso para dormir (porque, de momento, lo tengo en Galicia; no me he comprado todavía edredón aquí en Madrid y me estoy apañando con un saco).

– Mi corazón, que creo que hace que se muevan mis pulmones. (Estos conceptos los desconozco, los esbozo sólo, porque no sé dónde se origina el movimiento y hasta qué punto la respiración voluntaria lo controla.)

– Mis pulmones

– Mis vía respiratorias, que hacen que el aire, como vehículo elástico, transmita la vibración

– Mi nariz. Mi nariz es importantísima, y es la gran olvidada. Por los ojos veo el mundo audiovisual y digital nada menos; por la boca, como, bebo, beso (si tengo a quién) y hablo. Todas ellas son actividades esenciales en mi función de relación, y ojos y boca son sus objetos esencialmente míos. Pero ¿y mi pobre nariz? Ella es, nada menos, que mi vida misma, mi respiración.

– Las secreciones de mi nariz. No tengo ni idea de por qué se tapona, se llena de moquilla transparente y líquida y no sé por qué sangra a veces.

– El ritmo de mi respiración. Esto, que forma parte del objeto sonoro que soy, la verdad es que no entiendo bien de qué depende; sé que tiene consecuencias importantísimas en todo mi cuerpo, pero no sabría explicar con rigor qué es ese ritmo que es mi existencia y que me acompaña siempre.

Como paisaje, aquí despliego algunos de esos sonidos que constituyen la amalgama que es mi trabajo: suspiros, sorbidos, bostezos, roces del exterior de mi cuerpo con la tela del saco, respiraciones forzadas, tosidos, rascadas, inspiraciones largas, bostezos sin acabar, sonidos imprevistos de los órganos fonadores y un largo etcétera que no he inventariado, que sería inventariable y aislable y que es el que aparece en las transcripciones/interpretaciones/memorias de sonidos. Como ocurre con los nombres de la lluvia en los distintos idiomas, aquí el lenguaje ejerce su dictadura: no tenemos casi palabras para nada de todo esto, de modo que es difícil, por ejemplo, clasificar las decenas de tipos de bostezos que todos, como “usuarios” del bostezo, conocemos.

Por último: ¿Es arte esto? ¡Claro que sí! Es el arte de poner ante nuestros ojos lo que no se ve aunque se esté viendo, en este caso oyendo. ¿Es performance? Yo creo que sí. Es más: creo que siempre que alguien da vueltas y revueltas como queriendo decir algo que quiere emerger y, por lo que sea, no se atreve o no puede del todo, está haciendo arte. Por eso a la IA le cuesta tanto el arte y lo que ella llama “la creatividad”, porque ¿Quién es la IA para querer decir algo del contexto que quiere y no puede del todo decir? Por eso creo que las Pinturas Negras de Goya fueron tan performativas que lo siguen siendo, gritaban, decían ¡Mira, mira!¡Esto no se entiende!, clamaban. Pero también el retrato de Fernando VII grita. Y estoy convencida de que toda la obra de Luis Paret grita, grita desesperadamente… Pero la de Goya grita desde la libertad y la integridad, y la de Luis Paret desde la mezcla, la opresión y el fango… La obra que presento reivindica algo mucho menor, reivindica mi vida sin voz. Defiendo ardientemente su calidad porque nuestra cultura visual es, también, una cultura sin discurso, y esta obra encaja en ella, creo, a la perfección, y cuenta cosas que, como el olor, se escapan…

La obra Sonido y olor del cuerpo entre sábanas, como he dicho, reproduce el sonido y evoca el olor. Se compone de once paisajes sonoros, pero reproduzco aquí sólo la Ficha técnica, el espectrograma y la transcripción del primer paisaje a modo de ejemplo, y, en cuando pueda colgar los archivos WAV, enlazaré el archivo de sonido correspondiente y los restantes. La primera secuencia se llama “respiración agitada”.

1. Respiración agitada.

Muchas de las palabras de este trabajo parecen evocar las de la familia semántica del sexo. Por tanto, tiene, también, la cualidad de despejar esa área de connotaciones que no son de su exclusiva pertenencia. Respiración agitada es sexo, pero también es aviso de muerte o asma. Sábanas son sexo, pero también son mortaja. Suspiro puede ser amor y también pena.

Cada uno de los cuadros que adjunto son aproximativos, igual que hice en la entrega de mi trabajo de arte sonoro.

Sonido y olor del cuerpo entre sábanas. Primera secuencia.

  1. Ficha técnica.

2. Captura del espectrograma

3. Transcripción, en negrita la primera aparición de cada uno de los conceptos.
IMPORTANTE: lo que llamo “conceptos” son las abstracciones generales sobre los ejemplos de cada cosa. Por ejemplo, el “tragado de saliva”, cada vez que trago será diferente el sonido que produzca, pero habrá algo común a todos los tragados.

Meto la grabadora entre la sábanas.
Empiezo a respirar. No puedo respirar bien.
Mucha respiraciones forzadas, son mi respiración.

Así me he despertado. Parece que poco a poco se me van calmando.
Tragado de saliva. Estoy incómoda.

[Se me ha olvidado ponerle su protector al micrófono.]

Tengo tapada la nariz. Sorbo por ese lado. Paladeo. Respiro por la boca.
Intento bostezar y no me sale.
Vuelvo a sorber.
Ahora respiro con la boca abierta.
Minuto 5:12. Sorbo, para intentar destaponarme la nariz.

5.28. Nuevo intento fallido de bostezo.

Sigue mi respiración como al principio, parece que un poco menos fuerte.
Parece que sigo respirando de modo forzado.

6:44. Casi puedo bostezar, y me alegro, por lo que la segunda parte es sonora.

No paro dentro de moverme.

7:50. Cada vez, mis bostezos son más eficaces.

8:13 Mi respiración se va normalizando, aunque sigo con la nariz tapada.
Ya el espacio entre respiración y respiración se va haciendo mayor.

9:06 Ya parece que está todo más acompasado, y no me muevo tanto.
9:54. Tengo la nariz muy tapada, de hecho me sale mucha moquilla.

10:19. Suspiro grande.
10: 27 Rascada.
10: 32 Tos.

10:56 Bostezo.
11:05 Creo que voy mejor.

11:28 Vuelvo a bostezar, trago, respiro fuerte otra vez.

12:00 Parece forzada la respiración en su ritmo, pero yo creo que es mejor que al principio.

Así sigo un rato.

[En toda esta situación, no aparecen sueños ni ensoñaciones. Cualquiera diría que ha terminado el descanso.]

14:12. Parece que me reactivo y sigue la misma tónica. Ahora, como se me ha olvidado proteger el micrófono, se oye mal.

15:28 Ahora, desde fuera, parece que es una respiración relajada. No sé si será por los tiempos relativos de inspiración y expiración.

16:36. Primera vez que oigo una respiración normal, a partir de ahora se intercalan respiraciones normales con las respiraciones forzadas del principio.
17:27. Fuerte inspiración contenida, fuerte sorbido de nariz, trago, expiración en la que, por primera vez, suenan las cuerdas vocales.
18:13. Siguen los sorbidos y la nariz tapada. Respiro por la boca de forma continuada, por primera vez. Parece que de forma más pausada. Trago.

19:45. Hago un sonido vocal como de relajación. No me he dormido.

Apago la grabadora.

A lo mejor una recopilación de estos datos podría serle útil a la medicina. Cuando presente los paisajes sonoros que me faltan, se verá que estos datos pueden ser útiles para la psicología, para ver, palpablemente, la relación entre estados de conciencia y respiración, y capturar eficazmente los pensamientos y ensoñaciones que se escaparían si no fuera por la grabadora.

Debat1el Sonido y olor del cuerpo entre sábanas